miércoles, 15 de octubre de 2008

15.10.2008 Vida social

Había puesto el despertador para las 9:00 de la mañana. Así me daría tiempo para ir a la uni y solucionar de una vez el pago del alojamiento. Pero el caso es que me desperté a las 7:00 de la mañana con un dolor en el dedo gordo del pie izquierdo, que lo tengo malito con un hongo en una uña. El caso es que tuve que poner el pie en alto y me volví a dormir después de una hora larga, en la que me dio tiempo incluso a leer un poco. Total, que me desperté a las once y pico y eso gracias a que alguien me llamó a la puerta.
Me duché, me vestí, desayuné y fui con una amiga a hacer la compra al pueblecito de aquí al lado. Después volví a casa, vi un capítulo de "Mujeres desesperadas" y comí. Cuando terminé de comer a penas me dio tiempo a recoger un poco la casa cuando me fui con una amiga hasta la uni, donde ella se reunía con un profe. A las cuatro vi a un chico que conocí hace poco, Alfredo, que es un sol y me ha dejado unos apuntes que son absolutamente ininteligibles para mí ya que están en alemán. Prometo estudiarlos, aunque no hoy. Y también vi a un chico de Gijón, que no sé cómo se llama, pero es muy majete y había quedado con su tándem alemana. El caso es que he hecho vida social. Por cierto, se me olvidaba que por el camino me encontré con el novio de Anna y, prácticamente, le obligué a quedar conmigo mañana. Vale, reconozco que fue un atraco en toda regla, pero es que aquí es principal relacionarse. Y, como es principal relacionarse, me colé en el tándem de estos dos hasta que apareció de nuevo Natalia, que venía de hablar con sus profes. Luego volvimos a casa, vimos al noviete (de ella), y nos fuimos al centro para comprar un bolso para mí. Volvimos pronto, antes de las ocho, y desde entonces estoy aquí enchufada a internete. En mis horas de enchufe, todo lo que sigue en frente de la pantalla, he chateado, escrito emilios, cenado, lavado la ropa, fregado los cacharros, he llamado a casa y me he puesto el camisón. Y en breve me voy a la cama, a ver si leo un poco. En fin, otro día contaré cómo fue cuando fui a una boda. ¡Saludos a la afición!

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